OBRAS EN CAPITAN BLANCO ARGIBAY, barrio Tetuán, Madrid


.

PLAZA DE LA REMONTA, barrio Tetuán, Madrid


VENTANAS, barrio Tetuan, Madrid


Nuevas ventanas se abren, mientras otras se condenan.
Es el preparatorio funebre para las pequeñas y ancianas construcciones que aún resisten, incrustadas dentro del entramado urbano de parcelas, de pequeños terruños. 
Parece como si les taparan los ojos, antes de ejecutarlas, de demolerlas.
Son rostros amordazados, que transmiten al paseante la triste agonía de un modo de vida en vias de extinción.
La sociedad ha decidido; esto es lo que queremos, esto es lo que ya no queremos.
Y yo realmente desconozco eso que rechazamos, pero no puedo evitar sentir una especie de nostalgia ajena...

LO QUE QUEDA, barrio de Tetuan, Madrid


A veces intento imaginar, como sería este barrio, formado por casitas, dominado por un cielo ancho, que hoy, se ha convertido en una estrecha banda vertical, aliñada con el cableado negro, siempre a contraluz.
La casa, a pie de calle, a pecho descubierto. La calle invadida por el espacio doméstico, con su ropa al sol, sus sillas al fresco de la noche de verano.
La crisis a congelado el proceso de transformacion del barrio, creando una instantanea en la que se yuxtaponen momentos futuros y pasados, contorneados nitidamente por limites de propiedad.

CANDIDO PITUCA, los cartoneros, barrio de Tetuan, Madrid


Estas fueron  las primeras fotos que hice al volver  a Madrid, barrio de Tetuán.
Arquitecturas, clases sociales, momentos históricos, velocidades, se me presentan como una colección de acetatos, de capas de realidad, que no se mezclan, solo se superponen en una suerte de perspectiva medieval, collage vivo cargado de contrastes.
La coexistencia de realidades diversas, que a diario pasa desapercibida, camuflada dentro del paquete de lo cotidiano, queda reveladada al simple click de una camara digital.
La imagen del cartonero, el autentico y genuino reciclador de papel,...[] VER ESTA FOTO EN GOOGLE MAPS
relegado a la marginalidad, como un fantasma de apariencia anacrónica que flota sobre la conciencia colectiva, sin saber él mismo, ni probablemente nadie, que él es el abanderado del medioambiente, un servidor a las causas más justas de la humanidad, sobre todo un hombre moderno de pleno derecho, un modelo a seguir.

Me pregunto qué pensará este señor sobre la fiebre del reciclaje, la multiplicación de los contenedores de todos los colores y formas, que solo sirven para encerrar, lo que para él es su materia prima, su forma de vida, que sabe hacer de un servicio un negocio, y que sobre todo... no cobra tasas de basura!